lunes, 9 de mayo de 2011

Ven


Que alguien me eche un cable, o me tire unas instrucciones o se apiade de verme en este trance.
Que una mano amiga (o mejor desconocida) me saque del bucle de tu voz.
O que alguien te traiga y te ate y te obligue a contarme mentiras, de las que me gustan, de las que suenan a embuste y saben a licor que cicatriza.

lunes, 17 de enero de 2011

Game over


Se rumorea que ha vuelto. Dicen que está apunto de embarcarse en una nueva batalla…

Martes 13 de abril 2010.

“Nuevamente vuelvo, preparada para perder un poco más de entusiasmo hacia el juego como en cada nueva partida al verla ganada antes del comienzo.
Con el tiempo, la rutina ha vuelto inapetente este, uno de mis más sanos vicios.
Reina en nuevas tierras. Comienzo de la partida, y algo no funciona como debería. Tengo vértigo sólo de observar sus fichas, la parte que le pertenece del tablero que compartimos está perfectamente ordenado, hay una armonía entre cada una de sus piezas que nunca antes había vislumbrado en ningún oponente.
Recobro una pizca de interés y calculo la primera jugada.
Guardo en un cajoncito al lado del tablero, todas mis armas favoritas, empezando por las más sutiles de distracción, hasta terminar con el arma predilecta, la que consigue helar toda clase de situaciones, la que funciona en las más arduas, mi arma de doble filo.
Controla sus fichas con total agilidad, tanta que me anula, pero no dejo que perciba el miedo que irradio, no puedo permitirme perder… y esa frase retumba segundo tras segundo en mi cabeza.
Todos mis peones, cada uno con sus tácticas de defensa, están alineados como una muralla a mi alrededor, cubriendo todos los espacios vulnerables.
De vez en cuando me subo a lo alto de las torres para espiarle, le veo torturando su cabeza al observar mis cojas piezas.
Y por primera vez en mi historia como reina, siento miedo, miedo de ser invadida y no poder frenarlo.
Aprendo a controlar el latido agitado de mi corazón entre movimientos vagos y sin sentido. Y de repente te acercas a la distancia de seguridad, tiembla hasta el más oculto espacio de mi cuerpo al ver sus ojos tan cerca..
Sus ojos, profundos, magnéticos, conquistaron todos mis peones, bloquearon mis movimientos, borraron las jugadas que guardaba en mi memoria, y consiguieron abrir la muralla poco a poco..
De repente, sin pedir permiso, se mezcla entre mis piezas siempre torpemente colocadas, como el resto de mi vida, y las debilita una a una con el poder de su sonrisa, con el roce de su piel.
El susurro continuo en mi cabeza, descordina más aun mis ideas..

“Reina, no puedes controlar la partida si no conoces al oponente, pero esta vez, tienes más a favor de lo que piensas, le conoces, aunque no lo creas, llevas soñando con él y viviendo en su corazón toda una vida. Aun con esto, sólo podrás ganar si entras en su territorio”

Me tatúo cada una de las sílabas que la voz me dicta, obligándome a resistir con mi armadura, a pesar de no tener tan claro, si ganar la partida iba a darme la felicidad esta vez.
Mientras martirizo a todo el reino con mis inquietudes, tu esencia ya se ha instalado sin aparentes intenciones de abandonar ni dejarse ganar, no existe siquiera en tu mirada un atisbo de posibilidad de dejarme ir en paz.
Me decido a ser valiente y a levantar la vista, ya sin muralla, sin caballos galopantes defendiéndome, sin caballeros dispuestos a todo por la seguridad de este corazón de latidos inseguros..
Y te veo, veo esa mueca convertida en media sonrisa.
Y otra vez la voz: “No mires Reina, saca el arma de doble filo si aun quieres ganar la partida”.
Pero es demasiado tarde, el cajoncito ha desaparecido y con él mi última posibilidad. Su ya declarada sonrisa me absorbe y mi respiración se entrecorta y agita, busco la salida en un parpadeo, pero él ya está a mi lado, cogiendo todo lo que desde siempre ha sido suyo, soplando el polvo de este corazón que ahora está en su mano, tranquilizando el bombear de mis deseos y susurrando un JAQUE MATE que va a parar directo al centro de mi ser.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Me gusta... la MÚSICA.



Me gusta cuando cae la lluvia en el tejado de mi habitación y el color verde, ver fotos de hace mucho tiempo y las ardillas.

También las siestas de los viernes y las caladas de después.

Las fotos en blanco y negro y los días más coloridos. Odio la canela, los te quiero precipitados y los gritos a primera hora de la mañana.



Es sólo una ínfima parte de todas mis insoportables manías..

(¿O tal vez demasiado?)

lunes, 1 de noviembre de 2010

And the secret is...


LIVE THE LIFE YOU LOVE,

LOVE THE LIFE YOU LIVE.




(¿Hoy es todo increíble? ¿O es que ya no me importa?)

miércoles, 20 de octubre de 2010


LLevaba tanto tiempo buscando un pequeño escondite blindado..
Quién me iba a decir que me encontraría él a mi.
Que me tocaría la espalda, trataría de llamarme de mil maneras y aun así yo sería incapaz de advertir su presencia... Quién lo diría.

Entonces me vi de repente cayendo en picado, se había roto la cuerda y Joaquín estaba fumándose el cigarro de después de comer.
Cerré los ojos con la fuerza del miedo y me vi ahí, en mi escondite blindado, pequeño y adornado con ese embriagador olor. Quise llegar de cualquiera de las maneras para respirarte otra vez...
Al momento siguiente, un deseo tan desgarrador bastó para creerme capaz de levantar el vuelo, paré el curso del mundo al tiempo que volvía a la Tierra envuelta en esa luz, respiraba vida como si fuera la primera vez.. y entonces me vi ahí, en mi pequeño escondite blindado..

martes, 19 de octubre de 2010

Querido duende:


Duende encargado de decorar el cielo, apágame la luz que no me deja ver tu realidad.
Apágame el mundo aunque sólo sea esta noche, aparta esta oscuridad y envuélveme en la tuya.
Piérdeme entre sueños, ayúdame a olvidar, déjame esnifar la magia de tu saco de colores y llévame contigo.
Llévame donde las balas ni las palabras puedan atravesarme.
Deja que el aire que tu respiras borre estas cicatrices.
Déjame elegir la más bonita, la que más brille de todas las estrellas y tumbarme en ella.
Quiero hacerle compañía a la Luna, cerrar todos los bares con ella, saludar por mera cortesía al Sol y volver a desaparecer..
Y mirarlos a todos desde arriba, bajar sólo a besarlo cada noche, espolvorear mi vida, dibujar sonrisas, crear fantasía..
Regálame este sueño.
Cuélame entre nubes...
No dejes que ninguna mirada me busque ni me encuentre.

Hazme el más pequeño de los sitios a tu lado, tan pequeño que ni yo pueda verme.
Deja que cuide las noches contigo, yo coseré mi traje de colores y dejaré mis días en la Tierra.
Me crecerán las alas... Lo sé.
Y mi alma se mezclará con el viento en el que bailas y seré uno con el aire que meces a tu antojo.
Regálame este sueño.

miércoles, 26 de mayo de 2010



ÉL


Fue un segundo de oscuridad, lleno de confusión, un segundo eterno…Y entonces, un chorro de luz abrió mis ojos.Mi cuerpo convertido en pluma de paloma de la paz, se escurrió del ruido y ya no pesaba absolutamente nada.Mi alma estaba anestesiada, realizada de un modo extraño. No reconocía nada a mi alrededor, pero tampoco me inquietaba.Escudriñé el espacio que se lucía a mis pies y descubrí algo que jamás hubiera sido posible en tiempos pasados donde los sueños no tenían cabida. Tenía en mi espalda un par de billetes hacia cualquier lugar, un vuelo directo hacia la libertad, tenía las dos alas más preciosas que mi cabeza cansada hubiese sido capaz de imaginar.Estaba asombrado, incluso más que eso, pletórico de felicidad, aún sin saber el porque de todo aquello que rompía con mi anterior realidad, esa que había considerado durante tanto tiempo, la única racional y por tanto posible.Todo transcurría con una mágica calma que mecía mi nuevo mundo a su antojo.En uno de mis vuelos diarios, cuando el aire de la mañana me liberaba como cada día, sentí una presión en mis entrañas, que entorpecía mi camino indefinido hacia ningún lugar.Después una necesidad imperiosa de “algo” comenzó a movilizarme. Mis alas querían volar hacia mil sitios a la vez, cegados por la impaciencia. Así que, cerré los ojos y siguiendo el compás de mis latidos, me dejé llevar…Y de repente, la vi tumbada, yacía a mi lado a la vez que en ese mundo paralelo, por primera vez tan cercana…Era más perfecta de lo que hubiese podido desear. Por primera vez en mi vida me sentí frágil e impotente. Miraba embobado sus facciones dulcemente esculpidas, su pequeño cuerpo dormido pero rebosante de vida… En ese instante pude ver el motivo que me había llevado hasta ese lugar, y que tanto se había hecho de rogar.Era ella, mi segunda oportunidad lejos del mundo para remediar todos mis años prohibiéndome sentir, y ahora, tenía una eternidad para remediarlo.Una infinidad de tiempo sólo para ella, para cuidarla y protegerla, tal y como me dictaba mi interior. En pocos minutos todo cobró sentido, supe que iba a esperarla, ni más ni menos que toda una vida, toda su vida. Entendí la maravillosa importancia de mi deber, tendría que dar luz a sus mañanas y soplar la última vela de sus noches, apartar su pelo los días de viento y permitir que mi corazón, ahora libre, diese un vuelco con cada una de sus sonrisas.Y lo más importante, que esperaría sentado en este rincón con vistas a su habitación hasta el día en que sus alas comenzaran a batir.


ELLA.


Llevaba años persiguiéndolo, conocía todos los movimientos de su esquematizada rutina.Tostadas con mermelada de naranja y café con dos de sacarina a las 7, gomina extrafuerte, el nudo de la corbata hecho con sumo cuidado y coraza apoyada en la puerta lista para poner y salir a la calle.Él era un simple montón de éxito, frío, pero yo amaba su forma de sobrevivir. Sabía que la protección que había colocado con esmero a su alrededor, tarde o temprano se vería corrompida, era cuestión de tiempo, y yo estaría esperando.Un día como otro cualquiera, me encontraba contemplando escondida en la distancia su expresión imperturbable, pero esa mañana algo no fluía con la normalidad que acostumbraba. Su mirada estaba inquieta, a la espera de algo, y nuestros corazones, sincronizados desde siempre, palpitaban a una velocidad desconocida hasta entonces. Por un momento atisbé el miedo escapándose por sus poros, fue como si todo lo que hasta el momento había sido de su indiscutible dominio, se hiciese más grande e incontrolable de lo habitual.Le veía perder fuerzas cada vez que avanzaba el tiempo. No quise torturarme más, di media vuelta y me fui, sintiendo como poco a poco una realidad mayor se apoderaba de él.De repente una ráfaga en mi cara me hizo saber que su ser se había apagado, pero sólo durante un segundo.Después su luz se encendió dentro de mi, toda su energía corría por mis venas llenándome de fuerza.Aprendí que aunque no podía verlo, podía encontrarlo en cualquier lugar con sólo desearlo, vivía en cada pequeño rincón de mi alma, cuidando mis días y luchando por mis sonrisas. Los días de lluvia, me dedicaba a mirar durante horas al cielo y cuando me encontraba completamente absorta entre las nubes, una suave brisa acompañada por unos pocos rayos de sol entraban por mi ventana y se acomodaban a mi lado. Durante esos instantes, podía percibir su calor junto a mi, acompañándome, y comprendí que lo harían hasta el día en que mis alas comenzaran a batir a su lado.