miércoles, 10 de noviembre de 2010

Me gusta... la MÚSICA.



Me gusta cuando cae la lluvia en el tejado de mi habitación y el color verde, ver fotos de hace mucho tiempo y las ardillas.

También las siestas de los viernes y las caladas de después.

Las fotos en blanco y negro y los días más coloridos. Odio la canela, los te quiero precipitados y los gritos a primera hora de la mañana.



Es sólo una ínfima parte de todas mis insoportables manías..

(¿O tal vez demasiado?)

lunes, 1 de noviembre de 2010

And the secret is...


LIVE THE LIFE YOU LOVE,

LOVE THE LIFE YOU LIVE.




(¿Hoy es todo increíble? ¿O es que ya no me importa?)

miércoles, 20 de octubre de 2010


LLevaba tanto tiempo buscando un pequeño escondite blindado..
Quién me iba a decir que me encontraría él a mi.
Que me tocaría la espalda, trataría de llamarme de mil maneras y aun así yo sería incapaz de advertir su presencia... Quién lo diría.

Entonces me vi de repente cayendo en picado, se había roto la cuerda y Joaquín estaba fumándose el cigarro de después de comer.
Cerré los ojos con la fuerza del miedo y me vi ahí, en mi escondite blindado, pequeño y adornado con ese embriagador olor. Quise llegar de cualquiera de las maneras para respirarte otra vez...
Al momento siguiente, un deseo tan desgarrador bastó para creerme capaz de levantar el vuelo, paré el curso del mundo al tiempo que volvía a la Tierra envuelta en esa luz, respiraba vida como si fuera la primera vez.. y entonces me vi ahí, en mi pequeño escondite blindado..

martes, 19 de octubre de 2010

Querido duende:


Duende encargado de decorar el cielo, apágame la luz que no me deja ver tu realidad.
Apágame el mundo aunque sólo sea esta noche, aparta esta oscuridad y envuélveme en la tuya.
Piérdeme entre sueños, ayúdame a olvidar, déjame esnifar la magia de tu saco de colores y llévame contigo.
Llévame donde las balas ni las palabras puedan atravesarme.
Deja que el aire que tu respiras borre estas cicatrices.
Déjame elegir la más bonita, la que más brille de todas las estrellas y tumbarme en ella.
Quiero hacerle compañía a la Luna, cerrar todos los bares con ella, saludar por mera cortesía al Sol y volver a desaparecer..
Y mirarlos a todos desde arriba, bajar sólo a besarlo cada noche, espolvorear mi vida, dibujar sonrisas, crear fantasía..
Regálame este sueño.
Cuélame entre nubes...
No dejes que ninguna mirada me busque ni me encuentre.

Hazme el más pequeño de los sitios a tu lado, tan pequeño que ni yo pueda verme.
Deja que cuide las noches contigo, yo coseré mi traje de colores y dejaré mis días en la Tierra.
Me crecerán las alas... Lo sé.
Y mi alma se mezclará con el viento en el que bailas y seré uno con el aire que meces a tu antojo.
Regálame este sueño.

miércoles, 26 de mayo de 2010



ÉL


Fue un segundo de oscuridad, lleno de confusión, un segundo eterno…Y entonces, un chorro de luz abrió mis ojos.Mi cuerpo convertido en pluma de paloma de la paz, se escurrió del ruido y ya no pesaba absolutamente nada.Mi alma estaba anestesiada, realizada de un modo extraño. No reconocía nada a mi alrededor, pero tampoco me inquietaba.Escudriñé el espacio que se lucía a mis pies y descubrí algo que jamás hubiera sido posible en tiempos pasados donde los sueños no tenían cabida. Tenía en mi espalda un par de billetes hacia cualquier lugar, un vuelo directo hacia la libertad, tenía las dos alas más preciosas que mi cabeza cansada hubiese sido capaz de imaginar.Estaba asombrado, incluso más que eso, pletórico de felicidad, aún sin saber el porque de todo aquello que rompía con mi anterior realidad, esa que había considerado durante tanto tiempo, la única racional y por tanto posible.Todo transcurría con una mágica calma que mecía mi nuevo mundo a su antojo.En uno de mis vuelos diarios, cuando el aire de la mañana me liberaba como cada día, sentí una presión en mis entrañas, que entorpecía mi camino indefinido hacia ningún lugar.Después una necesidad imperiosa de “algo” comenzó a movilizarme. Mis alas querían volar hacia mil sitios a la vez, cegados por la impaciencia. Así que, cerré los ojos y siguiendo el compás de mis latidos, me dejé llevar…Y de repente, la vi tumbada, yacía a mi lado a la vez que en ese mundo paralelo, por primera vez tan cercana…Era más perfecta de lo que hubiese podido desear. Por primera vez en mi vida me sentí frágil e impotente. Miraba embobado sus facciones dulcemente esculpidas, su pequeño cuerpo dormido pero rebosante de vida… En ese instante pude ver el motivo que me había llevado hasta ese lugar, y que tanto se había hecho de rogar.Era ella, mi segunda oportunidad lejos del mundo para remediar todos mis años prohibiéndome sentir, y ahora, tenía una eternidad para remediarlo.Una infinidad de tiempo sólo para ella, para cuidarla y protegerla, tal y como me dictaba mi interior. En pocos minutos todo cobró sentido, supe que iba a esperarla, ni más ni menos que toda una vida, toda su vida. Entendí la maravillosa importancia de mi deber, tendría que dar luz a sus mañanas y soplar la última vela de sus noches, apartar su pelo los días de viento y permitir que mi corazón, ahora libre, diese un vuelco con cada una de sus sonrisas.Y lo más importante, que esperaría sentado en este rincón con vistas a su habitación hasta el día en que sus alas comenzaran a batir.


ELLA.


Llevaba años persiguiéndolo, conocía todos los movimientos de su esquematizada rutina.Tostadas con mermelada de naranja y café con dos de sacarina a las 7, gomina extrafuerte, el nudo de la corbata hecho con sumo cuidado y coraza apoyada en la puerta lista para poner y salir a la calle.Él era un simple montón de éxito, frío, pero yo amaba su forma de sobrevivir. Sabía que la protección que había colocado con esmero a su alrededor, tarde o temprano se vería corrompida, era cuestión de tiempo, y yo estaría esperando.Un día como otro cualquiera, me encontraba contemplando escondida en la distancia su expresión imperturbable, pero esa mañana algo no fluía con la normalidad que acostumbraba. Su mirada estaba inquieta, a la espera de algo, y nuestros corazones, sincronizados desde siempre, palpitaban a una velocidad desconocida hasta entonces. Por un momento atisbé el miedo escapándose por sus poros, fue como si todo lo que hasta el momento había sido de su indiscutible dominio, se hiciese más grande e incontrolable de lo habitual.Le veía perder fuerzas cada vez que avanzaba el tiempo. No quise torturarme más, di media vuelta y me fui, sintiendo como poco a poco una realidad mayor se apoderaba de él.De repente una ráfaga en mi cara me hizo saber que su ser se había apagado, pero sólo durante un segundo.Después su luz se encendió dentro de mi, toda su energía corría por mis venas llenándome de fuerza.Aprendí que aunque no podía verlo, podía encontrarlo en cualquier lugar con sólo desearlo, vivía en cada pequeño rincón de mi alma, cuidando mis días y luchando por mis sonrisas. Los días de lluvia, me dedicaba a mirar durante horas al cielo y cuando me encontraba completamente absorta entre las nubes, una suave brisa acompañada por unos pocos rayos de sol entraban por mi ventana y se acomodaban a mi lado. Durante esos instantes, podía percibir su calor junto a mi, acompañándome, y comprendí que lo harían hasta el día en que mis alas comenzaran a batir a su lado.

lunes, 24 de mayo de 2010

Dime que...




Antes que nada, perdona si huele un poco a cerrado, hacía mucho tiempo que nadie se alojaba aquí, y menos aún con la intención de quedarse. Ábreme bien de puertas y ventanas. Que corra el aire, que entre tu luz, que pinten algo los colores, que a este azul se le suba el rojo, que hoy nos vamos a poner moraos.
Y hablando de ponerse, vete poniendo cómoda, que estás en tu casa. Yo, por mi parte, lo he dejado todo dispuesto para que no quieras mudarte ya más.
Puedes dejar tus cosas aquí, entre los años que te busqué y los que te pienso seguir encontrando. Los primeros están llenos de errores, los segundos, teñidos de ganas de no equivocarme otra vez.
El espacio es tan acogedor como me permite mi honestidad. Ni muy pequeño como para sentirse incómodo, ni demasiado grande como para meter mentiras.
Mis recuerdos, los dejé todos esparcidos por ahí, en cajas de zapatos gastados y cansados de merodear por vidas ajenas. No pises aún, que está fregado con lágrimas recientes, y podrías resbalar. Yo te aviso.
El interruptor general de corriente está conectado a cada una de tus sonrisas. Intenta administrarlas bien y no reírte demasiado a carcajadas, no vayas a fundirlo de sopetón.
No sé si te lo había comentado antes, pero la estufa la pones tú.
Y hablando del tema, he intentado que la temperatura del agua siempre estuviera a tu gusto, pero si de vez en cuando notas un jarro de agua fría, eso es que se me ha ido la mano con el calentador. Sal y vuelve a entrar pasados unos minutos. Discúlpame si es la única solución, es lo que tenemos los de la vieja escuela, que a estas alturas ya no nos fabrican ni los recambios.
Tampoco acaba de funcionarme bien la lavadora. Hay cosas del pasado que necesitarán más de un lavado, es inevitable. Y hay cosas del futuro que, como es normal, se acabarán gastando de tanto lavarlas. La recomendación, ensuciarse a su ritmo y en su grado justo. Eso sí, no te preocupes por lo que pase con las sábanas, que las mías lo aguantan todo.
Para a acabar, te he deja do un baño de princesa, una cama de bella durmiente, un sofá de puta de lujo y algo de pollo hecho en la nevera. Para que los disfrutes a tu gusto, eso sí, siempre que sigas reservando el derecho de admisión.
Aquí no vienes a rendir cuentas, sino a rendirte tú. Aquí no vienes a competir con nadie, sino a compartirte a mí. Y lo de dar explicaciones, déjalo para el señor Stevenson.
El resto, no sé, supongo que está todo por hacer. Encontrarás que sobra algún tabique emocional, que falta alguna neurona por amueblar, y que echas de menos, sobre todo al principio, alguna reforma en fachada y estructura.
Dime que tienes toda la vida, y voy pidiendo presupuestos.
Dime que intentaremos toda una vida e iré encofrando mis nunca más.

jueves, 6 de mayo de 2010

And I'll tell you something...


No hay fórmulas secretas para encontrar la felicidad, no valen los mapas, ni las brújulas en esta empresa. La felicidad no brota en las macetas, ni se toma en infusión, no se compra por unidad, ni aparece apretando un botón. La felicidad es un estado del espíritu, no es más feliz el que más dinero tiene, si no aquel que tiene un alma rica y aprende a mirar la vida de otro modo, hallando sin lupa los pequeños placeres. La felicidad está compuesta de instantes, algunos fugaces y otros que duran un mayor espacio de tiempo, la mayoría perecederos, aunque su recuerdo nunca caduca. No existe la felicidad eterna y si alguien la disfruta lo tachan de loco o tonto. La felicidad son pinceladas y hay que estar atento, dispuesto con tu lienzo en blanco, para recibir un brochazo de color en tu vida sin dejarlo pasar de largo. La felicidad tiene una amplia gama de tonos, cada cual lo ve de su color y bajo su prisma, para cada uno tiene un significado. A veces es una sonrisa, otras una mirada al entorno seguro, otras el calor de familia, una visita anhelada, el amor en estado puro, un descubrimiento, una meta cumplida, un momento plácido, una recuperación, recibir un premio, una vida que llega, el color de las estaciones...¡Tantas cosas! Hay tantas formas de ver y entender la felicidad como tantas para dejarlas pasar de largo. Abre los ojos, agarra tu lienzo de vida y busca las pinceladas del color que quieras

domingo, 11 de abril de 2010

Un poquito más...



Y mientras dormía descubrí ese lugar, y me di cuenta de que es ahí donde se encuentran todas las cosas importantes, todo lo que me hace ser lo que soy.
Cuando deambulaba maravillada entre cada uno de los trozos de mi ser me pregunté como no había caído antes, como me había costado tanto hallar lo evidente, hallar lo que sólo yo sería capaz de ver.
Primero me paré delante de algo fosforescente que llamó mi atención poderosamente. Había una puerta, cerrada con un candado a la que me acerqué más. Aquella puerta y yo teníamos un descomunal magnetismo, era como si lo que había ahí dentro me gustase antes de conocerlo. Cuando estiré la mano para abrir la puerta y toqué el candado se abrió con sólo rozar mi piel. Asomé la cabeza y vi trozos de mi vida flotando, tenía ganas de tocarlos, de vivirlos como en esos momentos otra vez. Sin vacilar entré y la puerta se cerró tras de mi. Estaba desconcertada, no sabía como afrontar la emoción de los momentos que estaba recordando, me tumbé y empecé a mirarlos uno por uno.
Vi todos los pequeños momentos de mi infancia, vi los días en los que conocí a cada una de mis amigas, pude volver a sentir otra vez el momento en el que me enamoré, reviví cada uno de los besos que me han hecho vibrar, me volví a reir hasta el punto de notar esos pinchazos en la tripa, me sobrecogí con sus abrazos, disfruté nuestros silencios y sentí sus ojos clavarse en mi de esa forma que me paraliza. Después de un rato merodeando entre los instantes que habían marcado mi vida, salí por la misma puerta de antes con aun más ganas de descubrirme.
Empecé a caminar por un pasillo interminable en el que a cada cinco pasos que daba cambiaba el olor a mi alrededor, cada vez más y más apetecibles, y otra vez pude volver a vivir momentos, momentos en los que abundaron todos los olores que fui encontrando, cada vez más sorprendida. Al final del pasillo ya no había olores, ya no había luz, había una puerta exactamente igual a la de antes, pero al contrario que la primera, esta no causó un efecto atrayente en mi. Aun así una parte de mi ser sentía la necesidad de entrar y de seguir descubriendo. Así que, como la primera vez, puse la manó en el candado, que esta vez estaba helado y lleno de telarañas, como si nadie nunca hubiese estado ahí, y la puerta se abrió. Dentro estaba oscuro, pero pude entender el porque. Esa sala estaba llena de mis miedos, de mis confusiones, de mis malos momentos y de mis decepciones. Las paredes estaban rajadas y hacía mucho frío, más frío del que jamás había sentido. Esta vez, me tuve que armar de valor para pararme a observar cada uno de los trozos, pero lo hice. Sentí arder las heridas que quise hacer a un lado en el momento en el que me las hicieron, me volvió a doler el corazón con cada una de las mentiras que quise olvidar y mi cuerpo se paralizaba con la misma impotencia que nunca me dejó reaccionar. Este rato se hizo mucho más largo y difícil que el anterior, pero no podía irme, no podía cerrar la puerta como todas las otras veces y largarme esperando que todo aquello que guardaba desapareciese algún día. Estuve analizando todo lo que encontré, buscando a todo un porque e intentando sacar la parte positiva de todo lo que en su momento me hizo morir por dentro, para aprender de ello y no permitir que volviese a suceder, y a medida que iba pasando el tiempo, me di cuenta de que las grietas de las paredes iban cerrando y que una luz tenue empezaba a dar vida a aquella sala. Ya había terminado de ajustar cuentas conmigo misma, podía ir en paz con mis recuerdos, me había reconciliado con mis errores y había aprendido a perdonar los de los demás. Cuando desperté esa mañana, el sueño se había clavado en mis recuerdos y tu olor en mi almohada..

sábado, 3 de abril de 2010

Escondites


En sus ojos ya no hay lugar para los sueños, su brillo sólo lo recuerda cuando llora, cada vez que recuerda las heridas que no llegaron a sanar..Camina con desidia cuando nadie la ve y sonríe cuando se abre el telón.

Siempre cabeza alta, los golpes ya no duelen, las palabras no harán brechas, ya no tiene miedo de perder porque su fortelaza nadie podrá arrebatársela.Busca el riesgo, para despertar de la monotonía, sin calibrar el peligro, sin pensar en nada.En su mente sólo tus palabras.."Tú siempre serás una dulce gota de cristal" Y tenías TANTA razón..

martes, 2 de marzo de 2010

Tú mismo



Decide cuál rostro llevarás por dentro, y ese será el que mostrarás.
El reflejo de tus gestos y acciones es lo que proyectas ante los demás.
Las cosas mas bellas del mundo no se ven ni se tocan, solo se sienten con el corazón.
No eres responsable de la cara que tienes, eres responsable de la cara que pones.